La expresión de los genes puede determinar la hora de la muerte
Cuando una persona muere, muchos de sus genes cambian de expresión y lo hacen de manera diferente para cada tejido.
Un equipo internacional de científicos liderado desde Barcelona revela que estas variaciones podrían utilizarse en el análisis forense para averiguar el momento exacto de la muerte de un individuo.
Un equipo internacional de científicos liderado por Roderic Guigó, del Centro de Regulación Genómica (CRG) en Barcelona, afirma que existen cambios en la expresión de los genes de diferentes tejidos que se desencadenan al morir y que podrían utilizarse para predecir el momento de la muerte de un individuo.
En un artículo publicado esta semana en la revista Nature Communications, los investigadores sugieren que, tras analizar algunos tejidos (como el pulmón o la piel), se podría determinar con una precisión considerable el intervalo post mortem, es decir, el tiempo transcurrido tras la muerte. Esto podría tener aplicaciones en análisis forense.
Todo empezó con el proyecto GTEx, que aspira a crear una base de datos de referencia y un banco de tejidos para que los científicos puedan estudiar qué variantes genómicas afectan a la actividad de los genes entre tejidos y en la susceptibilidad por tener una enfermedad.
GTEx se diseñó para recoger muestras de tantos tejidos como fuera posible y de un gran número de individuos para comprender los efectos causales de los genes y las variantes.
“Teniendo en cuenta que las muestras provienen de donantes fallecidos, era importante averiguar si existen cambios en la expresión génica relacionados con la muerte o con el tiempo transcurrido tras esta. De este modo se podrían mejorar las predicciones sobre la variación entre tejidos y en la enfermedad,” explica Roderic Guigó, coordinador del programa de Bioinformática y Genómica en el CRG.
Ayudar en patología forense
Para comprender los cambios específicos de cada tejido tras la muerte de una persona, Guigó y sus colaboradores analizaron los datos de secuenciación del ARN de más de 7.000 muestras de 36 tejidos diferentes, correspondientes a 540 individuos del proyecto GTEx.
Los científicos demostraron que el tiempo transcurrido tras la muerte tiene un efecto en la expresión de los genes y que este efecto varía de un tejido a otro. Los autores desarrollaron un modelo para la predicción del intervalo post mortem basado en dichos cambios en la expresión de cada tejido mediante técnicas de secuenciación de última generación.
“Observamos que muchos genes cambian su expresión en un intervalo relativamente corto después de la muerte y de forma específica para cada tejido. Esta información nos ayuda a comprender mejor la variación y nos permite identificar los eventos de transcripción que se desencadenan tras la muerte en un organismo,” añade Pedro G. Ferreira, del Instituto de Patología Molecular e Inmunología de la Universidad de Porto en Portugal.
Los investigadores estudiaron el efecto de diferentes variables en un análisis biológico. Ahora, su modelo podría optimizarse para que pueda ser útil en el ámbito forense junto a un protocolo para su posible implementación en patología forense.
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